El Porfiriato empezó con el triunfo del Plan de Tuxtepec en 1877. Desde ese año hasta 1888 hubieron arreglos entre grupos e intereses políticos. Y Diaz ,de 1888 a 1911, estableció definitivamente su gobierno. Y puso como ideal de su mandato: "Orden y Progreso"
A lo largo de su presidencia, Díaz renunció a su divisa de no reelección pero, sobre todo, terminó sacrificando algunos principios básicos de la Carta Magna: violó la independencia de los poderes legislativo y judicial, invadió la soberanía de los estados y limitó las libertades políticas, en favor de un mando cada vez más personalista, autoritario y centralizador.
Porfirio Díaz logró mantenerse en el gobierno gracias a su habilidad para establecer pactos, conseguir consensos y garantizar equilibrios políticos.
El régimen de Díaz trastornó el orden político constitucional. Vulneró el sistema de frenos y controles que impedía la concentración de un poder absoluto en la persona del presidente; el manejo amañado de los procesos electorales quebrantó los principios democráticos en que descansaba la República. En este camino, Díaz de erigió en dictador.